miércoles, 11 de marzo de 2009

EL diamante
El diamante es uno de los alotropos del carbono (el más común es el grafito). La densidad del diamante es de 3,5 g/cm³. Es, en la actualidad, la joya más preciada en el mundo.
La explotación de mantos diamantíferos constituye un firme renglón para la minería y, finalmente, la venta de estas gemas constituye una fuente muy importante de ingresos.
La dureza del diamante es tal, que sobre él se basa la escala de dureza de Mohs, asignándole el máximo posible, diez.
Su dureza se debe a sus enlaces carbono-carbono, químicamente muy estables, y a su disposición en la estructura: forma una pirámide perfecta, donde si se colocan cualquiera de sus lados como base, pueden contarse los átomos de carbono por capas. Teniendo la primera uno, la segunda cuatro, la tercera nueve y la cuarta dieciséis, lo que hace una sucesión de cuadrados 12, 22, 32 y 42.
Historia del diamante
Desde hace miles de años, el diamante ha figurado entre las piedras preciosas preferidas por el ser humano. Fueron las civilizaciones orientales las primeras en conocer esta gema. India (su primer y más vasto productor) dio al mundo algunos de los diamantes considerados como más hermosos, como el Ko-i-nor (que traducido significa algo así como "montaña de luz"), que pesaba, en bruto, 78,5 quilates de joyería.
El nombre del diamante proviene del griego adamas o adamantem, que significa "el invencible". En efecto, ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno e infinito. Además, antiguamente se le conferían toda clase de poderes. El mayor diamante encontrado hasta ahora es el Cullinan, en Kimberley, que pesó 621,35 gramos.
Regiones ricas en diamantes
Las regiones ricas en diamantes son la India, Rusia, El Congo Brasil, Venezuela y Sudáfrica, pero las características del suelo en donde éstos se hallan son distintas en cada zona.
En la India, por ejemplo, se encuentran principalmente en tierras areniscas y conglomerados antiguos, probablemente silúricos (pertenecientes al segundo periodo de la era primaria) y masas de los ríos.
En el Brasil, en el estado de Minas Gerais, los mantos se encuentran en una roca formada en gran parte por cuarzo y mica; en los estados de Bahía, Goiás y Mato Grosso se hallan en depósitos sueltos de aluviones y en las arenas de los ríos.
En el sur de África las condiciones son distintas: el diamante se encuentra en las arenas de los ríos y en depresiones crateriformes del suelo, llenas de una tierra que en la superficie es de color pardo amarillento y ya en profundidad es gris azulada, constituida por partículas de una roca eruptiva análoga a la serpentina, procedente de la descomposición de una roca de olivino (llamada kimberlita.)
Extracción y corte
El proceso de extracción es también muy diverso, ya que depende de la región en la que el diamante se explote. Pero, por lo general, las operaciones de laboreo se dividen en tres partes: eliminación del estéril (tierra y piedra que cubre la arena diamantífera), extracción y lavado.
Debido a que el laboreo de estas minas es muy costoso (de cada diez toneladas de mena, sólo se extrae un quilate de diamante) las compañías únicamente invierten en aquellas zonas que les garanticen una vasta producción. Por lo general, extensos kilómetros de terreno son excavados para obtener una gema de tamaño apreciable. Esto explica por qué el diamante tiene tan alto precio en el mercado.
Antes de proceder a cortar, se examina la gema para determinar sus planos de crucero. Luego se traza sobre ella una línea que marque el perímetro de dichos planos. Sobre éste se hace una pequeña ranura con una especie de palo que lleva en su extremo una arista de diamante. Por esa abertura se introduce una finísima hoja de acero, se le da un golpe seco y la piedra se parte en dos.
Aplicaciones en la industria
Hay dos tipos de diamante comúnmente usados en la industria: el carbonado y el ballas. El primero presenta un marcado principio de cristalización con un gran número de pequeños puntos blancos luminosos. El ballas es de forma semiesférica y superficie granulienta. Por su extrema dureza es imposible lapidarlos.
Con estos diamantes se fabrican troqueles y muelas para pulir herramientas. También se emplean para perforar pozos petroleros y para cortar todo tipo de piedras.
partir de entonces, el diamante artificial se fabrica en gran escala. Su mayor aplicación es de tipo industrial, aunque también se fabrican diamantes para joyas. Su precio es más reducido que el de uno natural.
En 2003 dos empresas estadounidenses llegaron de forma independiente a procesos basados en la precipitación para generar diamantes artificiales ("cultivados"), imposibles de diferenciar de uno natural, e incluso de mayor pureza en algunos casos.
El diamante está cotizado en 200 dólares por cada 6 puntos (2005).

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